miércoles, 30 de septiembre de 2009

PABLO Y FEDERICO: dos poetas insoportables




POR :SILVIA NOEMÍ PASTRANA

Sólo imaginemos una historia que ocurrió hace mucho tiempo. Dos caminos. Dos hombres diferentes, y un solo destino final: la poesía. Federico y Pablo o Pablo y Federico. Federico, el del lagarto está llorando y que monta en su globo a los pájaros y Pablo, el otro enamorado del amor, que en el crepúsculo de la iguana cruzara la primera coincidencia.

Desde 1937 y hasta 1968 Pablo hablaría de Federico muchas veces. En París diría:

Cómo atreverse a destacar un hombre de esta inmensa selva de nuestros muertos... Cómo atreverse a escoger un nombre, que voy a pronunciar entre vosotros tiene detrás de sus sílabas obscuras una tal riqueza mortal, es tan pesado y tan atravesado de significaciones, que al pronunciarlo se pronuncian los nombres de todos los que cayeron defendiendo la materia misma de sus cantos... Era popular como una guitarra, alegre y melancólico, profundo y claro como un niño, como el pueblo...

Estará muerto él, ofrecido como una azucena, como una guitarra salvaje...

García Lorca era antiesteta, en este sentido de llenar su poesía y su teatro de dramas humanos y tempestades del corazón, pero no por eso renuncia a los secretos originales del misterio poético...

... Su persona era mágica y morena y traía felicidad...

... La vida le ofreció por adelantado... la visión de su propia muerte.

La voz de Federico siguió a Pablo por todo el mundo. Pablo la transformó en papel, canto y recuerdo en Roma; en San Pablo (1968), en su revista Caballo Verde para la Poesía, y en el acto de inauguración de la Fundación Pablo Neruda para el estudio de la poesía (20-6-1954). De este acto de inauguración, que no es otro que el acto del desprendimiento de sus libros, Pablo dice:

Aquí está el Romancero Gitano dedicado por otro poeta asesinado. Federico escribió delante de mí esa magnánima dedicatoria y Paul Eluard que también se ha ido... Me parecían eternos. Me parecen eternos.

Este texto conocido como el POETA NO ES UNA PIEDRA PERDIDA habla de una eternidad avanzada, sin embargo, esta eternidad debe retroceder, abordar el principio de la verdadera historia y para ello, necesitamos instalarnos en la fotografía color sepia del archivo de la memoria del año 1933.

Federico nacido en 1898, era bachiller y había estudiado letras en Granada, música con Manuel de Falla. Con el tiempo, el piano y la guitarra serían suplantados por la literatura. El camino recorrido hasta 1933 le permitió publicar una serie de libros de poemas y a la vez, presentar varias de sus obras de teatro. En algunos casos la suerte no le acompañó.

Hoy resisten el paso del tiempo IMPRESIONES Y PAISAJES (1918), EL MALEFICIO DE LA MARIPOSA (1920), LIBROS DE POEMAS (1921), CANCIONES (1927), MARIANA PINEDA (1927),

ROMANCERO GITANO (1928). En 1929 nace UN POETA EN NUEVA YORK que se publicará varios años después. LA ZAPATERA PRODIGIOSA y BODAS DE SANGRE se estrenaron en España en 1933 y fue en octubre de ese mismo año cuando viajará a Buenos Aires. En esta ciudad, con 6 años menos, un solo libro publicado, algunos premios y varias colaboraciones para revistas, NEFTALI RICARDO REYES BASOALTO, ya convertido en Pablo Neruda, desde el 28 de agosto, espera, quizás sin saberlo la llegada de Federico, con muchos borradores de su RESIDENCIA EN LA TIERRA y siendo cónsul.

No pasaría mucho tiempo para que, en algún lugar de Buenos Aires, se conocieran. El 13 de octubre, el encuentro se formalizará en la casa de PABLO ROJAS PAZ y ´LA RUBIA´(así llamaba Pablo a Sara Tornú). Allí hablarán por primera vez de poesía. Desde allí transportarán la magia hacia otras tertulias que se realizarán en la casa de la calle Suipacha que pertenecía a Oliverio Girondo y Norah Lange.

El canto, la música, las máscaras...

Oliverio, el poeta de las acciones extravagantes y fuera de serie, según cuenta Pablo, logró reunirlos en muchas oportunidades. Es por ello, que conviene recordar o imaginar, una foto tomada en la presentación de la novela de Norah Lange: 45 DÍAS Y 30 MARINEROS.

Federico erguido y distinguido, Pablo recostado sobre el piso y Oliverio y Norah, entre otros, cumplían fielmente con el título del libro: se disfrazaban de marineros. Cómo eran en realidad Federico y Pablo?Raúl González Tuñón recuerda que conoció a ambos en 1934 en casa de Oliverio, cuando allí se encontraba, entre otros, Ricardo Molinari. La solemnidad - dice Tuñón - duró hasta que Federico tocara en el piano una extraña melodía y quebrara el bullicio.

Sólo música y silencio, después la sorpresa. La melodía desaparece para poder recitar aquel poema de Pablo que termina:

....y una paloma con un número. La desmemoria de Tuñón hoy nos permite decir que ese poema es ODA CON UN LAMENTO.

Porque allí hay una sala oscura y un candelabro roto

una sillas torcidas que esperan el invierno

y una paloma muerta con un número.

Cada poema de Pablo del libro al que pertenece el párrafo anterior mucho tiene que ver con Federico. PALOMA POR DENTRO O SEA LA MANO DE VIDRIO, sólo vio la luz en un único ejemplar encuadernado en arpillera con una paloma dibujada y bordada en hilo verde por el pintor argentino Jorge Larco.

A nuestra extraordinaria amiga la Rubia recuerdo y cariño de dos poetas insoportables, escribiría Pablo en abril de 1934. Poemas tipeados a máquina y nueve dibujos de Federico al mejor estilo de Salvador Dalí, al que había conocido en 1919 en la residencia de estudiantes de Madrid. Diría, 8 dibujos para nueve poemas porque el noveno, es el dibujo de la profecía. Con letra inteligible, Federico escribirá al pie de la mesa en la cual se apoyan sus cabezas cortadas al sesgo mientras la sangre desaparece en el espacio no poético

Este patético dibujo fue realizado la tarde del martes 13 (de febrero) de 1934 en la Ciudad de Santa María de los Buenos Aires, así como todos los demás también.

El piano, el canto, la fantasía...

Federico retrataba a sus amigos con distintas melodías. Sus impulsos, sus silencios, eran de complicidad y simpatía. Esa complicidad y simpatía llevó a Pablo a decir:

cuando yo llevaba a medio leer algunos de mis poemas, Federico levantaba los brazos, gesticulaba y me decía: PARA, PARA! NO SIGAS LEYENDO, NO SIGAS, QUE ME INFLUENCIAS.

Federico dejará Buenos Aires en Abril, y como si el destino estuviera confabulado con la amistad, llevará a Pablo, un mes después como cónsul a Barcelona. A fines de ese mismo año, su amigo, lo presentará en la Universidad de Madrid y será allí mismo, donde la ODA A FEDERICO GARCIA LORCA, al ¨naranjo enlutado¨ verá la luz e irá cerrando el círculo de un camino que se bifurcará poco tiempo después. Dios está en alguna parte y se reiterará como un eco en la palabra. La piedad silbará como las balas con nombre y apellido

previamente escogido. Pero no habrá ningún silencio para esta amistad tan poderosa. Volviendo al párrafo anterior EL POETA NO ES UNA PIEDRA PERDIDA (dice Pablo) tiene dos obligaciones: partir y regresar. Federico partió pero regresó siempre, quizás antes de que Pablo escribiera las obligaciones del poeta, Federico, legará en un último reportaje ¨ La Poesía es algo que anda por las calles. Que se mueve, que pasa a nuestro lado. Todas las cosas tienen su misterio y la poesía es el misterio que tienen las cosas. El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana y al hacerse, habla, grita y llora y se desespera.

Así cantaba, reía y lloraba. Lloraba con el cuerpo y el alma que están en la Tierra, con ese conocimiento espacial que no reconocerá la distancia de la palabra, a pesar de la tristeza, la alegría, el olvido y la memoria.

Federico solía representar muy bien este retrato de imposibles con su porte de hombre travieso y sabio a la vez. Su improvisación arrastraba a sus admiradores hacia la confluencia de la vida y la muerte con la sonoridad de un canto sanguíneo experimentado y sustancioso.

El tiempo, ese infatigable tiempo, no pudo enmascarar la poesía y la leyenda; la poesía hoy, es una semilla mágica que brota de un rincón de la gloria; la leyenda, sólo una crónica escrita por hombres sin conciencia.

JULIO/1997

PUBLICADO EN LA REVISTA AIR NROº 4 - ESPAÑA 1998


sábado, 12 de septiembre de 2009

LAS TRES GRACIAS DE PETER PAUL RUBENS///Octavio Paz- Jean-Paul Sartre-UNA PELÍCULA DE ANTONIN ARTAUD


LAS TRES GRACIAS DE PETER PAUL RUBENS

Cada poema es único.
En cada obra late, con mayor o menor grado, toda la poesía.
Cada lector busca algo en el poema.
Y no es insólito que lo encuentre:
Ya lo llevaba dentro.
Octavio Paz

El poeta en cada palabra, por el solo efecto de la actitud poética, realiza las metáforas en las que soñaba Picasso cuando deseaba hacer una cajade fósforos que fuera toda ella un murciélago sin dejar de ser una caja de fósforos
Jean-Paul Sartre

THE TERROR



UNA PELÍCULA DE ANTONIN ARTAUD


AZU(LEJOS)

diseño interior del libro, Ediciones La Guillotina, 2005

AZU(LEJOS) - PRIMAVERA


La ventana

se abrió

sobre el nido

con huevos rotos


Las lágrimas ruedan

—me parece—

En el fondo del bosque

quizá,

entre el follaje,

se esconde un niño.

Amanece

Jamás estuve allí

La sombra

no es de mi cuerpo

De quién es,

entonces,

el hombro de los árboles.


Cuando del cuerpo

sudan las manos

la boca niega

el agua fría

El mar

marca

las diferencias

Regreso

cada noche

a la cama

Quién no

recuesta en ella

su caballo

cansado

de enhebrar

fantasías


Frágil,

la piel,

se astilla.

Mientras la ausencia

se insinúa

alguien grita

ha sido suficiente

Pasará

Huirá

Desaparecerá

De un sobresalto,

el pájaro,

desgarra

el corazón

lleno de sangre.


Hay una manera de decir

que juntos nos bebimos el atardecer

cuando nunca hemos habitado

la misma casa

Zona prohibida

¿Nos conocemos?


En la pequeña

caja de la memoria,

los olvidos,

tienen vencimiento.


Cargo mi cuerpo

como el fósforo su cabeza roja

en realidad

cargo mi cuerpo

cuando el fósforo

grita en la oscuridad