P.S.: es un agujero que no
debe ser dejado vacío
y por medio del cual, con la
ayuda del cual se reposa
de los cuerpos
de más en más terribles
y evidentes
de lo pleno
Es el grado del vestido
definitivo
que permanece
invisible solamente
cuando se lo mira.
¿se podrá quizás mirarlo?
Antonin ARTAUD
Hay un clavo en la pared
(siempre hay un clavo en la pared)
Hay un ojo.
Se cuelga del clavo en la pared,
un ojo que se hace hueco
Un vacío en la pared envuelve su cuerpo
para oscilarlo en el vacío
Hay una pared blanca
con un clavo al costado de la cama
[Otra] oficia de techo / horizonte del ojo.
Hay dos vértices
Se desean al lado de la puerta
para borrar la sombra del polvo de los zócalos
porque del otro lado
[otra pared] está húmeda.
[la humedad es consecuencia del baldío]
La humedad oxida
carcome el clavo
y el clavo cae
desaparece en el cuerpo del clavo
que está sobre la cama.
El ojo mira.
[siempre hay un ojo que ve
lo que el otro no ve]
El ojo de vidrio mira.
[es [otro] ojo que no ve]
Recorrer el cuerpo del clavo que se oxida
mirando la puerta cerrada que da a la calle
es mirar ese hueco que traga hombres
para consumir las sábanas sucias
a la intemperie de la memoria.
Recorrer el cuerpo del clavo
que no marca la carne
sino que la pisotea
con el pie descalzo,
que la araña con las garras de las fieras
y la inmola con el estómago vacío
es no mirar
cómo se encorvan los huesos
con los vicios de otros hombres.
[el clavo que oxida, oxida otro clavo]
El [clavo] que oxida
siempre está mirando
la puerta cerrada
que da a la calle.
El clavo que oxida envenena el cemento
Las viejas utopías untan el hueco de la calle
con el hedor de sus propias muertes
o buscando un rostro.
Dónde parir la casa
que no da respuestas a su antigua identidad
El grado del vestido definitivo es una máscara
del color de la mentira,
una máscara que vacía entrañas
con el cuchillo de la verdad.
La puerta está cerrada.
El tiempo está del otro lado
Es un óxido que adelgaza la piel
Un óxido que trepana los huesos de las manos
hasta dejarlas inmóviles.
El clavo flota en su herrumbre. Es [otro]
cuerpo en el vacío.
Es el cuerpo que [no] ES
el destino que [no] ES
la línea divisoria que [no] ES
correspondencia
del ordenado desorden que miramos.
El irónico martillazo fija la suerte del cuerpo
Un solo martillazo sobre el clavo,
hace oscilar el cuerpo lejos de la pared
para que [no] acumule derrotas.
Hay una sola pared que no asegura clavosdel tamaño de la incertidumbreHablemos de esa otra pared... Esa [
Hablemos de la pared blancaque [no] ha suspendido Guernicas que [no] adivina la eternidad de la carneque [no] ha mutilado los ojos vendidos que sólo ven clavos del valor del polvo de sus entrañas.Hablemos de la pared de los castillosque tramaron la historia de la destruida por los pies de los Atilasde la masillada por los clavos corruptosde la que [no] admite más huecos y juega de frontera con la voracidad del destino.
Hablemos de mi pared y la tuya...
(hay una única pared que [no] puedeasegurar clavos del tamaño de sus huecos)
El clavo penetra.
Desciende por los huesos,
los roe sin mirar la calle de su alma.
[el clavo [no] se limita a ser lo que [no] es
en la concavidad donde sólo existe un vacío]
Del otro lado de la pared
(siempre del otro lado)
el clavo encuentra clavos
que comen clavos de la basura
y dejan rosas de negro sobre el asfalto
que, alguna vez, viera llover máscaras
arrancadas del sueño de la vida.
[Siempre] hay un clavo que penetra en el sueño
mientras se suceden clavos efímeros
como desmoronamientos de machos y hembras
entre las sombras degolladas por los clavos.
El clavo se hiende
su arenisca cae
como migas de pan para pájaros sin retorno.
El clavo enmudece.
Es el solitario pasajero
de una barca que desprocesa trampas
entre pequeños pedazos de ordenadas piedras.
La pared supo tener una sola ventana, una ventana que dejaba entrever el lenguaje de la destrucción entre las miradas de los peregrinos que se perdieron en los rubores del duraznero en ruinas. [Alguien perdió la razón en los laberintos de la calle]. Es el grado del vestido definitivo que permanece aferrado al clavo del séptimo día, una sombra desquiciada por el canto de una canilla de adobe.
La casa está deshabitada. La vieja sacerdotisa de los oráculos, prende el incienso. Limpia la casa. Barre el polvo que adelgazó el badajo de las horas con la orfandad del agua que corre por el vidrio roto.
El pasado esta ahí. Ha sido sellado a la gran abertura con óxido del último rastro de la maldita memoria.
La huella del pasado, cuando se la mira, baila en la ventana que da a la calle y cae sobre los adoquines de la juventud.
[Alguien debió dejar de colgar cuadros en la pared cuando los clavos perdieron su firmeza]
La calle estaba y no estaba
del otro lado de la pared
Era y no era
el hueso extirpado de la noche
que se cansó de cumplir años
entre los hongos de esa pared
El cuerpo mira su sur
y borra la huella de yeso
que enyesa su norte
El cuerpo devana su oeste
y teje la urdimbre de su este
poniéndose a la cabecera del festín.
La calle estaba y no estaba
del otro lado
Los márgenes del cuadro
estaban y no estaban
en el lienzo del destino
[la realidad se desintegra]
Los cabalistas apuestan
y, el hombre,
se sienta a descansar
con un solo hueso de sostén.
La mesa está tendida
Se apropia del páramo
Mira sin mirar el otro lado
Dice: hay y no hay una calle
que explota y aturde
el vértigo vulnerable de la noche.
La mano traza un círculo en la pared
y el clavo tantea el hueco con un bramido seco
Lame la entrada del polvo claroscuro
Mama el fondo del laberinto
para que la muerte ajena
no acabe nunca
La muerte del clavo está en el fondo de su hueco.
No se encarna: reencarna hebras de cristal
donde el tiempo se para y se desangra.1
No hay país que quede sin explorar
cuando la mano traza un círculo en la pared
¿quién cuelga [entonces] los cuadros
en el santuario clandestino de las paredes
que crujen porque el polvo migra de su hueco?
[nada tiene importancia,
el mundo no es de nadie]
La mano se aferra a la tenaza y tantea.
Obedece a su temblor: a su zarpazo.
La vida es ir hasta el fondo
pero el fondo no tiene fondo2
[Cuando la mano borra el círculo de la pared
el clavo descubre pedazos de cristal
en los rincones de la habitación]
1 Octavio Paz 2 Carlos Vitale
Cada ladrillo de la pared guarda un secreto:
fantasmas
herencias color sepia
/ frutas de verano
[el día siempre traspasa ventanas sin vidrios
y, todavía, se anima a mover la pulpa de esos
frutos arrancados del vientre de los árboles]
Hay pájaros.
Los pájaros [siempre] sobrevuelan la pared
para escapar por los huecos que dejan los clavos
urdiendo el milagro de su permanencia.
[hay que escapar de la prisión]
hay que desheredar el polvo y heredar
el
espacio encadenado (y) el tiempo disminuido3
sobre las baldosas podridas del país sin nombre.
Cada ladrillo inmóvil que la tarde desfigura
con imágenes difusas, inexorablemente,
habla con su propio idioma cifrado.
Quizá pidan perdón a los retratos sin eternidad,
quizá,
nunca pidan perdón
quizá sequen el néctar de los frutos
dentro del hueco áspero del tiempo.
3 André Bretón
La naturaleza muerta oscilaba en la pared
como una ciudad imaginaria.
No era una fantasía en el silencio de su hueco
sino una verdad para los ojos que no la ven.
Hubo un pintor [quizá] para ese cuadro
o una mano puso frutas cansadas
entre los finos trazos de sombras
de [otras] infinitas frutas.
El vacío está adormecido
Ocupa su espacio
mientras [el otro] se sienta y espera
que su ojo lo envíe lo más lejos posible.
La pared manda pero está muda.
¿para qué caer en el centro
de la naturaleza muerta?
El ojo retrasa la ausencia del cuadro
sólo hay frutas
en el placer de nuestros sentidos,
frutas furiosas que zumban
en la bruma espesa del ojo que mira.
El ojo está atrapado en el césped con rocío
El resto es verde.
Un verde musgo con olor a musgo.
Un verde
derribado de los árboles
sin tronco.
Entonces?...
entonces había una calle del [otro] lado de la cerradura que arrancaba y llovía el cielorraso con el pan sucio de la quemadura que no nos arde. [la suciedad en la pared, es la de un viejo retrato de alguien que no oscila]
Alguien [no] ES el hueso roto dentro de la cerradura. Alguien [no] ES el hueso roto de la puerta rota que da a la calle cuando el ojo está dentro de la cerradura. El ojo está en la cerradura. Llora. Engrasa el retrato vacío, destiende el mantel, resguarda la fruta del jardín de otoño y la danza circular de los pies desnudos que dejan entrever el mundo del mañana.
¿Entonces?... entonces había una calle en el hueco de la cerradura con olor a brea fresca, con olor a ángel despintado o a ángel desenterrado del baúl de las fantasías o había una fantasía que retrasaba el instante de la realidad.
Hay una llave en el hueco de la cerradura. Una llave que fija la memoria de un espacio vacío [una llave fija la memoria del hueco]
unos pies descalzos que se aferran al piso
una huella que se fuga de la escena.
un actor hunde su ojo desorbitado en la pared.
El rostro de la pared es el de un hombre
una voluntad de vacío,
una voluntad que crea el vacío4
que quiere dar vida a un cuerpo
sin pertenencia
[un agujero en la pared
no puede ser tapado con cemento]
El ojo que mira el agujero Lo agranda
[El hueco es perfecto]
El hueco perfecto cabe en el iris,
hace conciencia de su óxido y oxida
vomita su abandono
y pare mil clavos en la bocacalle de la nada.
Hay un rostro en la pared.
Se parece al hombre
que denuncia su voluntad de inercia,
que se hace invisible a sus exilios
sus dolores y destierros,
a sus hogueras verdinegras
que reposan al costado de la acequia
y no lavan la voluntad de su rostro.
[ES una voluntad del vacío creada por el
vacío] dicen...
...y el hombre duerme sobre su cama destendida
[mientras su ojo, cerrado, busca hacia adentro,
fijar el alma de la irreconocible cicatriz].
4 Antonin Artaud
Es un agujero que no debe ser dejado vacío, dicen, un espacio que flota en [otro espacio], un baldío que invade con aire frío y húmedo las avenidas angostas de la [otra] orilla.
[Es una noche de tantas]
el hueso se tiñe con los colores del recuerdo de un cerco de alambre y se adorna con plumas de palomas picoteando el anochecer. Apenas hay un espacio para una paloma o para un oído que se escucha a sí mismo apoyándose en el agujero que [no] debe quedar vacío.
[nada] debe quedar vacío [dicen] y la mano amontona las sombras del cuadro y se ensucia con la mierda que reposa detrás del cerco que [no] quiere [simplemente] recordar.
[Hay un espacio a cada lado de los rincones]
Hay un espacio como un trapecio que sacude marionetas, trajes de luces, disfraces, máscaras que dominan la distancia a la orilla del inconsciente. Hay juguetes de trapo que caen inválidos sobre las sillas como diminutas figuras de papel
[un baldío invade a las paredes]
Un baldío nada dice después de colgarse del clavo que está en el hueco que [no] quiere quedarse vacío.
Es otoño.
El cuadro dice que es un domingo de otoño
sobre el pavimento húmedo
cada vez que levanto mi pie,
cada vez que levanto mi mano5
para ver pasar los huesos marginados
en su gran vereda rota.
Es otoño en el sillón del parque
El hombre moja su rostro debajo del árbol
o entre los ojos que ven pasar un gorrión
entre miles de gorriones
que huelen a paja quemada.
El cuadro dice [que] hay otoño entre las hojas
desprendidas de las ramas con barro dice
[que] hay ojos que miran la inercia del hueco
en el amanecer con lluvia dice
[que] es otoño cuando [no] quedan más frutas
con vocación de piedra en la farsa del parque
El otoño dice
[que] hay un hombre abofeteando su clavo y
[que] se moja
con el rostro de la calle mugrienta
[La pintura del clavo
desciende por el hueco
hasta desaparecer.]
5 Poema Lacandón
[EL cuadro habla del invierno]
Hay un bendito teléfono que [siempre] disca el número del invierno para desempolvar el hueso de los que llaman.
El cuadro dice que hay un invierno en esta tarde vacía. [La tarde vacía el aterrizaje de los pájaros sin plumas]. El cuadro dice [que] la casa fue saqueada y que [no] hay copas con vino para brindar con los enemigos por el pueblo con el dolor de la Tierra.
[En algunas ocasiones] el invierno acusa trescientos sesenta y cuatro días. [El año se reitera]. El año reitera que una fruta ha perdido la memoria entre los pasillos que recorren por enésima vez los negocios negociados del hueso.
[El cuadro padece el invierno]
[En algunas [otras] ocasiones, el invierno se disfraza de cornisa] Es ayer.
[El cuadro se superpone] Alguien le grabó una duda al presente, alguien desheredó la piel del durazno con el cuchillo filoso del tiempo.
¿Entonces?...
Fue entonces cuando Las Tres Gracias ocuparon el último clavo del museo mientras, del otro lado de la pared, un pastor oficiaba misa a sus ovejas descarriadas.
[Hay hambre en las paredes de la calle]
Cuando el hambre corre por las cloacas de la imaginación el cuadro pertenece a otro tiempo. Siempre estamos en otro tiempo.
La puerta de la habitación mira pero no nos ve y jamás puede ser cerrada mientras Las Tres Gracias avancen desnudas por el jardín como buscando a alguien en el escenario de la vida, alguien que llame al cirujano para que ajuste las válvulas injertadas al corazón arrancado de su cavidad cuando el alma no lo golpea.
[La noche es difícil] [no] hay astros balanceándonos en el silencio abismal. [No] hay sosiego para el ojo que se esconde detrás del duraznero, [No] hay... El [otro] cuerpo está de pie. Está despierto. Quién quiere saber qué hace ese cuerpo debajo de las tres mujeres desnudas?
[La voluntad del hombre cuelga del reloj a péndulo [no] hay otro tiempo en el destiempo], es que, [siempre] hay un hombre arrodillado rezándole al cuadro clavado de un solo golpe en la débil e indolora trampa del árbol.
En la trama de la noche el clavo cae
(siempre el clavo cae,
quiere sacarse
la herrumbre sobre la cama)
[Estamos de paso]
no estamos,
al menos, mi cuerpo,
acuchilla la puerta,
se arroja a la calle,
perpetúa el hueco
que ha dejado en su cama destendida,
se desliza,
mi cuerpo se desliza entre la palabra y el papel
y se hace vigía del sueño que [nada] ES
en la insomne paradoja del mundo interior.
Hablo desde mi devorada pupila.
[No] Estoy dentro de mis huesos
busco restablecer el lienzo / la primera luz
[la que desteje]
encierro las palabras mientras todos hablan
¿quiénes hablan?
me asomo a la ventana
[es que hay otro hueco]
cierro los ojos
cierro los pliegues de la memoria
entre los huesos de los duraznos ásperos
escucho las resonancias
de las pequeñas piedras
que van decantándose una a una
para hacerse polvo
[finalmente,
sólo es polvo,
lo que queda
en las esquinas de la pared]
La mano aprieta el clavo
como una mano de otro cuerpo.
La busco. Durante la noche trepó los árboles,
[hay árboles en el paraíso que incitan]
árboles que se clavan en la espesura del ojo.
[es sólo una mano digo una mano que da
forma y [otra] que acompaña el lenguaje
inestable del tiempo]
Siento la [otra] mano, la que no aprieta el clavo
Es una enredadera que desmadeja
la textura del páramo
o la selva confundida
que retrocede el reloj de la urdimbre.
Ambas acarician el pellejo de la fruta
que se escapó de la naturaleza muerta
salvajemente ultrajada a perpetuidad.
[de ahora en más te salvas o te hundes]
[de ahora en más habrá
un clavo oxidado sobre la cama]
Ambas manos
se consuman en el borroneado día
[el sueño se deshoja]
me reclino sobre la cama
[me reclino sobre el armazón]
sobre el hueco
que desmanteló la tormenta.
[es sólo otra mano digo
que arranca la médula del ojo
y pierde a su presa en la cacería]
Busco ordenar la historia
clavado entre las piedras
[ya no es mi conciencia la que habla ni la que se
quedó a la intemperie de esta habitación casi sin
fotografías].
Es hoy [pero] en ese hoy se inscribe el ayer
Es ayer digo es ayer en el enigmático
camino que tiñe las líneas de la mano.
Mis ojos devoran las líneas de la mano.
[NO hay [ninguna otra] línea que supere
la profundidad de la gran línea de la mano]
Me dejo atrapar por el
subterráneo abandono de esa línea
¿[no] quiero [acaso] ordenar la historia
desclavándome de la pared que oficia de espíritu
en esta noche sin espíritus?
Nada [de eso] busco y retrocedo.
[[No] se puede permanecer
en el lugar que [no] nos pertenece]
Es ayer. El mañana descansa en su cama.
En la cama puedo escribir lo que deseo
abrazándome al lugar
que recorre cada trama de mi piel, pero, [siempre]
la realidad me toma desprevenido,
[mañana, quizá, diga lo contrario
para [no] dejar [nada fuera de] la historia]
¿[no] quiero rellenar los huecos del abecedario que escribe y describe las imágenes en el inefable caos de la inconsciencia?
La pared está inclinada. El clavo sobre la cama ¿entonces?... entonces quiere decir que estoy fuera del cuadro, fuera del mundo
que no debe ser dejado vacío
quiere decir que estoy lejos del cansancio del ojo
que adorna todos
y cada uno de los disfraces del mundo.
Ya no soy dueño de mi tiempo6
[No] sé qué es un cuadro surrealista
mirado desde el trapecio de un circo
sin embargo, creo que nada debe ser dejado vacío
porque todos hablan ¿quiénes hablan?
Todos hablan de ese vacío
mientras [los otros] regresan al hueco de su hueso
respirando la [no] libertad de su mañana.
Ésta es una frase sin sentido dicen
pero es el sentido de la libertad la que me dice
que [no] SOY la cabeza del clavo
en el trapecio que mira, desde abajo,
la invasión de mariposas sin polvo
en sus alas ásperas y transparentes.
[también hay polvo de alas de mariposas
que [no] tienen dueño en mi tiempo sin disfraz]
La pared está inclinada,
el clavo sobre la cama,
[NO] nos pertenecemos.
[nadie puede fijar nuestros colores
en la pared sin pertenencia]
6 Pier Paolo Pasolini
La pared está inclinada.
La pared inclinada sobre la cama
[no] puede sostener mis piernas desnudas
Hay pétalos negros Flores de vidrio
en la sombra de la luz.
La pared está horizontal.
La pared horizontal es una línea
que divide los matices de los frutos
paridos en la orilla de la acequia.
La pared está quebrada.
La pared quebrada, sobre la cama,
alberga mis grises
como costras de humo
en el bebedero
donde se masturban
los sueños de las palomas.
La pared está sobre la cama.
La pared, en la cama,
es mi útero sin óvulos
en la soledad de sus dobleces.
La pared no está
En la soberbia de un biombo,
las figuras chinas se desdoblan
junto al inodoro
fruto sin piel.
Estoy a la diestra de la cama deshojando la memoria y te llamo desde un muro clavado entre las piedras. Tú y yo, no somos nada, mejor dicho, no hay nadie apoyado en la pared que juegue a SER [EL OTRO] mientras la memoria deshoja azahares igual que el óxido picotea el anochecer en el horizonte del hueco.
[ordenemos la historia]
La curvatura de un círculo se transforma en línea recta. La línea domina la habitación y mi voz se ha mantenido pura en la ranura de una roca. [Tú y yo no somos nada] [No] Soy dueño del tiempo que tantea el país que viene del interior de la telaraña de la vida.
La curvatura del círculo es una línea recta transformada. [Del otro lado] llueve. La calle está llena de pequeños mundos inundados. Cierro la ventana. [El diccionario dice que siempre abro la ventana para SER [EL OTRO], perdona, me equivoqué, siempre cierro la ventana: te llamo desde un muro porque tenemos el mismo cuerpo [sin embargo] imagina, que toda la gente, [no] tiene el mismo cuerpo].
[De algún modo conjugamos el tiempo que no pertenece a nadie] perdona, me equivoqué otra vez, el óxido está en la habitación, mejor dicho, no es nadie en este mundo aunque el mundo sea UNO en el tatuaje de la historia.
La mano que aprieta el clavo [no] quiere dejar una sola pared sin huecos. La siento. De alguna forma, es mi mano abriendo huecos en la desgracia del mundo.
Busco un árbol caído, voy a dormir en un árbol caído7 porque el tiempo está sobre la cama y el reloj retrocede las agujas de ese árbol caído. [Nada es igual] La mano aprieta el clavo. Es mi mano en la textura del páramo la que escribe la mentira porque va a dormirse sobre el árbol caído y [no] en el hueco de la cama que está en el cuadro de la naturaleza muerta. El diccionario dice: nada es igual [entonces] me miro al espejo que está frente a mí. Tenía un árbol en el lugar donde el vacío era una máscara para mi ojo. [Todo se distorsiona] El milagro se ata a la cintura de la vida y la lluvia se parece a la tinta que usa la mano para [no dejar] ninguna pared sin constelaciones.
Es sólo una mano –me dijiste– Una mano que busca un árbol en ese pueblo ocre que se me escapa como el hueso del durazno le escapa a su cárcel.
7 Poema Lacandón
La fruta pierde su piel.
[La memoria retrocede],
es el hueso de una ciudad
que está [del otro lado],
el vicio de un pueblo
que toma prestado un pedazo de carne
para hacerse mentira de la realidad.
Ya
[no] siento la selva
que está en el borde del lago
Si regresara la luz...
si cayese la tarde...
si...
de algún modo puedo explicártelo:
soy un náufrago
en medio de la tempestad
que [no]
quiere excluir de su memoria
fracciones de tiempo.
Si cayese la tarde...
Todo viene de lejos 8 y junto las palabras
para remontar la pared, borrar su putrefacción,
lavar la piel que se pone a la diestra del cuadro
o para [simplemente] escribir
[nada] viene de lejos.
El clavo cae
[siempre el clavo cae]:
Ordenemos la historia.
Imagina que junto las palabras y trazo un círculo
y me pregunto de qué sirve hablar de una línea
cuando mi boca toma por asalto
la carne del durazno que se escapó de tu boca.
Todo sigue estando lejos 9
tú yo, mejor dicho,
ella y él o él en ella [no] caben en ese círculo
que la historia, al escribirse, desordena.
[No] cae la tarde [pienso]
y nuestros cuerpos retroceden
como si la carne del durazno
estuviese cada vez más lejos
del cuadro que
ve pasar el hambre del amanecer.
8 Roberto Juarroz
9 ídem 8
¿entonces? ...
Entonces había una calle sobre las aguas del Infierno. Mi cuerpo está ahí.
Flota. Se destapa. Monta las trampas. Limpia el polvo de los rincones de la
habitación.
La suciedad está presente. [La suciedad de la pared es una trampa]
Me avergüenzo porque el espejo está turbio; porque el cuadro está del revés;
porque el universo ES [OTRO]. Me avergüenzo porque hay un payaso
que se cuelga del trapecio con mi cuerpo.
Me avergüenzo porque mi cuerpo está
ahí [en el lugar] donde se pagan las deudas.
En la trama de la noche el clavo
cae,
sí, la humedad oxida. La humedad es
el agua del ojo
que pide perdón, pero, veámoslo de
este modo:
el mundo está inundado, se pudre,
[No] tiene piel, dije, de
qué nos sirve hablar
del mundo que [no] tiene piel?
Un vacío invade las paredes
Mi cuerpo está sobre la cama
Es hoy [no] quizás, pasó
otro día.
[no dudes]
Los ladrillos arman y desarman
[El rompecabezas es un juego mentiroso]
armo
El otoño de las piedras es una
pared,
desarmo
la primavera tiene cáscara de
durazno
armo
Tu mano está sobre el cuchillo
filoso del tiempo,
desarmo
el durazno a medio pelar se me
escapa.
Mi cuerpo no está
[Los ladrillos se arman y desarman]
armo
El tiempo cuelga del espejo,
desarmo
el espejo es la farsa de la vida
Tu cuerpo está sobre la cama.
Es ayer [no]
[no dudes]
los huesos se arman y desarman.
armo
hay un durazno sin hueso,
desarmo
el cuadro del invierno padece
¿entonces?...
... entonces el clavo cae
y, el rompecabezas,
definitivamente, es polvo
acumulado debajo de la cama.
En la trama de la noche el clavo cae,
sí, la humedad oxida.
La humedad es el agua del ojo
que pide perdón, pero,
veámoslo de este modo:
el mundo está inundado, se pudre,
[No] tiene piel, dije,
de qué nos sirve hablar
del mundo que [no] tiene piel?
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